En el mundo literario, Argentina ha tenido un protagonismo innegable en cuanto a su participación. A inicios del siglo XXI era conocido como el país con más librerías por habitante (Foro Mundial de Ciudades Culturales), además de ser el que cuenta con un porcentaje más alto de lectores en Latinoamérica, con un 56% (Análisis comparado de planes nacionales de lectura en Iberoamérica).
Además, en términos culturales más complejos, considerando a Jorge Luis Borges como la causa detrás del Día del Lector.
“Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”, escribe Borges en “Elogio de la sombra”.
En el campo editorial, Argentina se ha mantenido en la vanguardia por años con proyectos muy avanzados para su época, como Ediciones Tirso (1956-1965), conocida como la primera editorial LGBT de latinoamérica. Algunas de estas editoriales siguen brillando en estantes de hispanoamérica, como Emecé Editores, El Hilo de Ariadna, Ediciones Minotauro.
En marzo de este año extrabajadores del Ministerio de Cultura de Argentina se manifestaron en contra del recorte del 30% de la planta, equivalente a 1,200 personas. La situación económica en el país y las decisiones de la actual administración han afectado ampliamente el desempeño del mundo editorial en el país, repercutiendo directamente en la forma en la que se consume cultura.
Algunas librerías míticas del país han cerrado sus puertas, como la librería El Aleph, Scotti y Gauderio, algunas por la falta de clientela a causa de la crisis y otras por el alza en alquileres e impuestos. El oficio de librero es uno en peligro de extinción y uno de los pocos bastiones latinoamericanos está cayendo ante las dificultades económicas.
Sin duda alguna, hay preocupaciones mucho más urgentes para los ciudadanos que el adquirir libros cotidianamente en una librería local. La mayoría de los argentinos han tenido que cambiar sus hábitos e inclusive sus dietas para adecuarse a la nueva inestabilidad económica, por lo que la discusión alrededor de los libros podría quedar en segundo plano. Esta problemática se profundiza por otro frente: la urgente necesidad de defender la educación pública gratuita.
Las universidades públicas en Argentina están resintiendo fuertemente la desestabilidad económica, entrando en un estado de emergencia. Los salarios para el profesorado son bajos e insuficientes para garantizar una vida digna, además de que los recursos para las instituciones educativas no garantizan su funcionamiento. ¿Qué es de un país lector sin acceso a la educación superior?
En abril, medio millón de personas se manifestaron en defensa de la universidad pública gratuita, todas con un libro en la mano. Entre los asistentes destacaron personalidades como Adolgo Pérez Esquivel, Nobel de la paz y Taty Almeida, de las Madres de Plaza de Mayo. Desde entonces, distintas manifestaciones se han desencadenado, como la Jornada de lectura de poesía en el ECU. Según los organizadores, las medidas del gobierno resultan nocivas para la cultura y la ciencia.
Si bien, la crisis afecta a libros y lectores, los recortes directos a la educación afectará al desarrollo de toda la población Argentina. Sin lectores, no importará que no existan libros.