Los cambios culturales e ideológicos que las sociedades occidentales han experimentado en los últimos años han dado pie a que los roles tradicionales entre hombres y mujeres se trastoquen, lo que, a su vez, ha tenido un impacto en las dinámicas de cortejo, las cuales, de ahora en adelante, no podrán seguir siendo las mismas.
En redes sociales se ha convertido en un tópico recurrente la pertinencia del 50/50, esa nueva postura que plantea que hombres y mujeres deben compartir responsabilidades y gastos a montos iguales. La polémica, sobre todo, se ha centrado en quien debe pagar las citas, especialmente, en los primeros encuentros de las potenciales parejas.
Aunque hay un espectro muy variado de opiniones, en los extremos opuestos están los que defienden que cada persona pague su parte (el famoso 50/50) y aquellos que afirman que es responsabilidad del hombre hacer el gasto en el cortejo.
A todas luces, parece ser que estamos presenciando una revolución en las formas tradicionales del cortejo, o al menos, las que habían privado en las últimas décadas de las sociedades occidentales, donde la responsabilidad de la conquista y dar los primeros pasos recaía, primordialmente, en el hombre.
Las raíces del cambio
No es difícil saber de dónde proviene esta tendencia por cambiar las conductas del cortejo en las relaciones humanas: el masculinismo. Esa ideología que surgió a contracorriente del feminismo y cuyos orígenes pueden trazarse desde la época de los 70 (aunque hay referencias más antiguas).
A pesar de ello, esta ideología no era tan visible hace un par de décadas, por lo que en los últimos años ha habido un auge de ideas y exponentes que han encontrado en las redes sociales una herramienta ideal para la consolidación de un movimiento con fronteras más claras.
Es en estos mismos espacios en donde ha comenzado la “rebelión” a los roles tradicionales del hombre como respuesta a la misma prerrogativa del movimiento feminista, que buscaba la emancipación de la mujer de las tareas domésticas. Al mismo tiempo, algunos grupos feministas ponen en la mesa que ahora las tareas domésticas y el trabajo asalariado han recaído principalmente en las mujeres, sin una emancipación real.
El argumento central de algunos de los masculinistas es que la ruptura de roles no ha sido simultánea: mientras, por una parte, las mujeres abandonaron sus roles tradicionales en las relaciones de pareja, por otra, siguen esperando que los hombres sigan cumpliendo los roles que venían desempeñando en las relaciones heterosexuales.
La contradicción no tardó en aparecer en los radares masculinistas, y pronto se gestó el argumento de que si las mujeres querían igualdad, debía existir igualdad en todo, incluso en el proceso del cortejo. Lo anterior fue la génesis de una discusión infinita en las plataformas sociodigitales que está lejos de llegar a un acuerdo.
Choque de visiones
Más allá del movimiento feminista, existen fuertes opiniones en contra de la cuenta compartida. Bere Ramos es una creadora de contenido especializado en relaciones de pareja con más de 300 mil seguidores en Facebook. En un video titulado “La trampa del 50-50” explica por qué, desde su perspectiva, compartir gastos en las primeras citas no es algo recomendable.
@berenicermx ¿Los hombres deben pagar todo? #amor #pareja #bereramos #cursosytalleres #soltera ♬ sonido original – Bere Ramos
“Cuando un hombre te exige 50/50, quiere decir que no está muy dispuesto a invertir en ti. Tiene una de dos: o no le importas mucho, no le interesas mucho, entonces quiere ahorrarse algo de dinero, o la segunda, es tacaño, porque no es poderoso, porque no está conectado con su poder personal, porque si tuviera suficiente dinero y generara suficiente dinero no te tendría que exigir a ti el 50”.
En la descripción del video añade una tercera posibilidad: “Es fan del Temach”. El Temach es un creador de contenido masculinista que ha sido acusado de incitar a la misoginia y de ser machista. Baste decir que sus presentaciones o participaciones en programas han sido canceladas por la presión de grupos feministas que ven en él al némesis perfecto del movimiento.
El Temach, en la mayoría de sus videos, aboga por una visión completamente distinta a la de Bere Ramos: el hombre no debe desperdiciar sus recursos en las mujeres y, por el contrario, invertir esos recursos en su crecimiento personal. Por razones distintas, Temach no está a favor del 50/50, puesto que dice estar a favor de pagar la cuenta cuando las mujeres “se lo merecen”.
@maro_rivas01 Somos los que traen mas BILLETE 💵🔥 #eltemach #temach #modoguerra #parati #fyp #motivacion #alfasenproceso ♬ som original
Estas dos visiones se multiplican por cientos, tal vez miles, en las redes sociales a través de creadores de contenido que defienden, de manera similar, estos posicionamientos encontrados: la permanencia del rol tradicional del hombre o la ruptura del mismo. Existen argumentos feministas a favor del cambio, pero también en contra, y lo mismo sucede entre grupos masculinistas.
Un camino de no retorno
Lo cierto es que como la mujer no regresará a su rol tradicional de ama de casa, el hombre tampoco permanecerá en el rol del cortejo tradicional por mucho tiempo, si no es que ya lo ha abandonado por completo. Las nuevas generaciones de hombres cada vez están menos dispuestas a aceptar la responsabilidad de tomar la iniciativa cuando del otro lado tampoco hay comportamientos tradicionales.
Lo anterior termina generando una disonancia entre las expectativas y la realidad por parte de hombres y mujeres heterosexuales, lo que, tal vez, también explique parcialmente por qué cada vez hay menos matrimonios en los países de occidente.
Lamentablemente, no existen datos estadísticos sobre la percepción del 50/50 entre hombres y mujeres, lo cual brindaría mayor luz sobre el fenómeno, pues las posturas en redes solo ofrecen una perspectiva nebulosa del estado actual de las cosas.
Y es que los comentarios de los videos que hablan sobre estos tópicos están dirigidos a comunidades muy definidas, afines y receptivas a este tipo de temas, lo cual no siempre refleja el pensamiento de la generalidad.
Más allá de esto, lo interesante es el auge del masculinismo y la reivindicación de temas sensibles para esta comunidad, lo que terminará siendo un parteaguas en las formas de comportamiento en las sociedades posmodernas.
Raúl Mendoza