En los últimos años se han popularizado un sin fin de teorías de conspiración, en algunos casos buscan explicar misterios sin resolver, en otros se retoman ideas antiguas, como es el caso de los terraplanistas; incluso se ha llegado a proponer que los principales personajes públicos mundiales, esos que están en el poder y tienen el control mundial, han logrado posicionarse debido a que son una especie de lagartos camuflados conocidos como reptilianos.
Y aunque nos parezcan ridículas algunas de estas propuestas de los conspiranoicos, no cabe duda que hay algunas teorías que han ido cobrando fuerza entre la población mundial y que, junto con las series de televisión, películas y más elementos multimedia de la cultura pop, se han logrado plantar y germinar esa pequeña semilla de duda que nos hace considerar la posibilidad de mundos, universos y líneas temporales que existen más allá de lo que conocemos como la realidad.
Y te preguntarás: ¿y todo esto qué tiene que ver con Nelson Mandela?
Pues fue gracias a él que se comenzó a identificar el fenómeno conocido como Efecto Mandela (EM), que en realidad se trató de una confusión colectiva, sin embargo esto solo trajo más y más “recuerdos desbloqueados” que al parecer eran erróneos.
Primero que nada es importante aclarar de dónde surgió este término, pues es en realidad es un concepto bastante reciente que se difundió gracias a las redes sociales. El Efecto Mandela es un fenómeno que consiste en que alguno de los recuerdos de un grupo grande de personas se encuentre modificado o erróneo, sin embargo es un poco más complicado que solo tener un falso recuerdo, pues los grupos de personas suelen estar esparcidos por todo el mundo y aún así comparten el mismo recuerdo.
El origen del nombre viene del primer EM se reconoció oficialmente tras su muerte, en 2013, pues durante su funeral una gran cantidad de personas juraban recordar que Nelson Mandela habría muerto en prisión entre los años 80 y 90, por lo que al enterarse que los hechos habrían sido algo diferentes una gran parte de la población quedó muy confundida.
Con el tiempo se comenzaron a observar nuevos recuerdos similares, hechos que resultaron ser falsos para muchos, pero un gran número de internautas coincidían en recordarlo de maneras diferentes. Algunos ejemplos son el hombre del juego Monopoly que muchos recordamos normalmente usando un monóculo, cuando en realidad no lleva ninguno; o ¿quién no recuerda que la cola de Pikachu lleva una raya negra? Cuando en realidad es completamente amarilla.
Otro caso interesante ha sido la máscara fúnebre de Tutankamón, que por muchos es recordada con una cobra en el centro de la frente, mientras que la verdad es que no lleva solamente una cobra, pero la realidad es que en el centro del tocado se observan dos figuras: una cobra y un buitre.
Y si continuamos así, podríamos mencionar muchos ejemplos más, pero es aquí cuando el caso se pone interesante, pues hay quienes piensan que este fenómeno va más allá de un simple error colectivo de información, ya que muchos de los hechos puestos en duda suenan bastante lógicos cuando les agregas ese aderezo de conspiración, al grado de convencernos de todas las posibilidades que pueden existir.
Una de las explicaciones que se han barajado durante los últimos años es aquella que aborda la existencia de múltiples mundos, líneas temporales alternas e incluso dimensiones paralelas o multiversos; y claro, como mencionábamos anteriormente, gran parte de estas ideas se hicieron más populares gracias a la gran cantidad de contenido multimedia que se ha difundido, como la serie Loki, la película Endgame y la más reciente Doctor Strange; Multiverse of Madness.
Y bueno, la verdad todos sabemos que estas series y películas se tratan solo de ficción, lo cuál únicamente hace que los teóricos de la conspiración busquen explicaciones reales con supuestas bases científicas que en muchos casos llegan a tener tanta lógica que se sienten casi como una película de ciencia ficción.
¿Se ha modificado la realidad?
Es el caso de la teoría del Gran Colisionador de Hadrones, un experimento que consiste en la aceleración de partículas mediante un acelerador y con el que buscan responder muchas de las principales preguntas que plantea la física, e incluso se cree que podría ayudar a descifrar los orígenes del universo, sin embargo debido a la gran cantidad de energía que genera ¿podría llegar a modificar la realidad? Los científicos piensan que no es factible, sin embargo los creyentes de la conspiración coinciden en que fue a partir de 2010 que comenzaron a observarse los repentinos cambios de memoria, así como la gran mayoría de EM.
Según sus teorías, la energía generada por el aparato ha logrado incluso distorsionar la realidad, fusionando líneas del tiempo paralelas hasta el extremo de haber destruido un mundo con el que compartíamos espacio hasta fusionarlo con el nuestro. Supuestamente justificando de esta manera que las personas que recuerdan los hechos como fueron son de nuestra misma realidad, mientras que aquellos que tienen falsos recuerdos se debe a que vienen de la otra realidad en la que eso sucedió pero aquí no teníamos ni idea de esos sucesos.
Por otra parte la metafísica también ha intentado explicar el EM pues según ciertas creencias, es posible acceder a lo que llaman registros Akashikos o dicho de otra manera, a la memoria genética, una habilidad que únicamente las personas que alcanzan un plano muy elevado de la conciencia pueden lograr y con ello pueden acceder a conocimientos del pasado, para ser más exactos, de los antepasados, pues no solo se pueden desbloquear recuerdos, también habilidades (algo así como la película Everything Everywhere All at Once). Sin embargo la cosa no termina ahí pues se cree que al igual que con los recuerdos del pasado también se pueden acceder a los conocimientos de otras versiones nuestras de otras dimensiones.
Y si continuamos explorando más y más al fondo de estas teorías, continuaremos encontrando más explicaciones de los ya conocidos Efectos Mandela, aunque hasta el momento la opción más aceptada, difundida y sonada es la que asegura que todo esto se trata únicamente de una psicosis colectiva que ha llegado demasiado lejos; aunque no se sabe, quizás eso es lo que los reptilianos quieren que creamos.
por Caro Olvera