Prepárate para caer en las garras del amor

Las etapas del enamoramiento según las hormonas que se segregan más en cada momento de una relación.

El amor es un sentimiento presente en cada una de las civilizaciones de nuestro planeta, en cada uno de los lugares donde existe la vida humana, no basta sólo con ser seres vivientes, se necesita ser racional para poder vivir el amor consciente que nos lleva a buscar una pareja propia, una pareja “para toda la vida”.

 

Tanto se habla de este tema, tanto lo vivimos a lo largo de nuestras vidas, y sin embargo poco lo racionalizamos y lo estudiamos; nos parece tan común sentir no sólo atracción sino amor por alguien más que pasamos desapercibido el hecho de que todo tiene que ver con nuestro cerebro. Así es, el amor radica en el cerebro, no en el corazón como tantas veces es representado en ilustraciones.

 

Por esta razón te puedo decir que si estás leyendo esto tarde o temprano caerás en las garras del gran sentimiento llamado “amor”. En verdad, por el simple hecho de ser un ser pensante tarde o temprano tu cerebro te llevará a tener sentimientos agradables por otra persona. Hasta Merlina Addams, adoradora de la oscuridad y del humor negro, llegó a sentir amor por alguien en su más reciente serie televisiva.

 

Varios autores refieren que el amor se vive en diferentes etapas, algunos dicen que tres, otros que seis, no importa el camino siempre es el mismo. En este artículo las etapas del amor se explicarán en cinco partes y sin importar si una es más intensa que otra, no hay forma de que entremos al amor y no pasemos por todas ellas.

 

La primera etapa de este gran sentimiento del que tarde o temprano seremos víctimas es:

 

EL ENAMORAMIENTO

Esta resulta ser la etapa más placentera (emocionalmente hablando) en la relación, ya que durante ella se produce una sensación de bienestar constante en la vida de la persona enamorada.

 

Aquí es donde a primera vista o por los primeros contactos comenzamos a sentir placer por convivir con otra persona, nos hace sentir bien su presencia, nos divierten sus pláticas, el tiempo se va demasiado rápido por lo bien que la pasamos al cruzarnos en el día.

 

Esto sucede porque cuando alguien nos agrada nuestro cerebro comienza a liberar diversas hormonas que corporalmente nos hacen sentir efectos placenteros, tal es el caso de la oxitocina, misma que es conocida también como la “hormona del amor”, debido a que esta hormona está directamente ligada al placer y al afecto, puesto que su segregación ayuda al cerebro a sentir cariño por las personas que nos rodean.

 

Así como esta hormona, hay más que trabajan en nuestro cerebro cuando estamos enamorados, tal es el caso de la serotonina, dopamina, testosterona, etc. La cuestión con estas combinaciones químicas es que nos llevan a vivir esta etapa como un mero cuento de hadas, ya que con todo ese coctel de hormonas en este punto de la relación, nos es difícil ver algún defecto en la persona amada.

 

Toda esta etapa se trata de idealización, de diversión, emociones; son imperceptibles los defectos de la otra persona, y si se llega percibirse algo, lo podemos ver como cien por ciento tolerable, como dice Helen Elizabeth Fisher, antropóloga y bióloga estadounidense que ha dedicado 30 años de su vida al estudio del amor romántico pero desde un punto de vista científico.

 

Aquí les dejo uno de sus tantos videos donde habla de los estudios que ha realizado al cerebro de personas enamoradas y con desilusión amorosa.

 

 

Cabe resaltar que esta etapa tiene una duración, según los estudiosos, de entre seis meses y dos años.

 

ATRACCIÓN SEXUAL

Ahora llegamos a la segunda etapa, que no es menos divertida que la primera, ya que en esta le sumamos más hormonas a las ya obtenidas por el enamoramiento; involucraremos el sentido del tacto y el aroma, resulta ser muy placentera (físicamente hablando). Si no parece placentera, será muy probable que sólo se haya llegado a esta base del juego.

 

Después de pasar por el gusto de tan solo dialogar con la persona y tener pláticas amenas, llega el momento de dar un paso adelante, y nuestro cuerpo nos pide más contacto físico, por lo que al existir una compatibilidad en atracción se llega a la siguiente fase, donde se involucran los individuos en la relación sexual.

 

En esta etapa además de la oxitocina, comenzaremos a segregar hormonas como la dopamina, misma que es liberada a niveles mucho más altos cuando se tiene sexo. Esta hormona juega un papel muy importante, ya que junto con la serotonina y las endorfinas, pueden generar sentimientos de felicidad y paz, mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.

 

Toda esta combinación de hormonas durante esta etapa, hacen que nuestro deseo sexual se encuentre completamente despierto, buscando cualquier excusa para encontrar el momento perfecto para tener relaciones sexuales muy placenteras, aunque no sea el lugar adecuado.

 

Según un artículo publicado por el sitio El Confidencial, se asegura que:

“El sistema límbico, región del cerebro responsable de los impulsos físicos y los elementos del procesamiento emocional, se activa durante el sexo. Sin embargo, otras partes de la corteza cerebral que gobiernan el razonamiento superior se cierran. Como consecuencia, el acto sexual en sí mismo es impulsado más por el instinto y la emoción que por el pensamiento racional”[1].

 

Con esto nos podemos dar cuenta que seguimos en el cuento de hadas del que tarde o temprano despertaremos.

 

 

DESILUSIÓN

Etapa crucial, te quedas o te vas. Aquí las hormonas siguen haciendo de las suyas, sin embargo no con la misma fuerza que lo solían hacer, la novedad se comienza a perder y la monotonía nos comienza a visitar, lo que genera que comencemos a ver cosas en la otra persona, que ya no nos son tan agradables.

 

Las hormonas han dejado de nublar nuestra vista y ahora podemos ver en el otro, cosas que no notábamos antes como: come con la boca abierta, habla pero ahora creo que es demasiado, sí me gusta pero tiene un diente chueco, etc. Notamos lo que antes ni siquiera percibíamos.

 

Durante esta etapa comienzan desde las pequeñas hasta las grandes discusiones, y es que como en todo, siempre hay que llegar a acuerdos si se quiere seguir adelante, ya no tenemos la vista de la persona ideal, ahora debemos basar las decisiones reconociendo los defectos de la otra persona.

 

COMPROMISO

Si superaste la etapa anterior, te tocará comenzar a manifestar lo que esperas de la relación y escuchar lo que la otra persona busca, comenzarán a examinar si van por el mismo rumbo o en realidad están muy distantes del ideal de vida entre ambos.

 

Aquí comenzará a disminuir su dependencia emocional y buscarán seguir teniendo su individualidad y tiempo para sí mismos, ya no necesitarán ir de la mano juntos hasta al baño.

La certeza de poder pasar el tiempo distantes y luego volver a estar juntos se vuelve más común, si no es así analízate, podrías estar siendo una pareja “tóxica”.

 

Cuando se llega al compromiso, ya sea de casarse, vivir juntos o ser pareja cada quien en su casa, se ha llegado a una madurez en la relación, ya que a pesar de los defectos y de las cosas que ya percibimos que no nos gustan tanto del otro, somos capaces de llegar a consensos y seguir sintiendo atracción por nuestra pareja, a pesar de que deje los zapatos fuera de su lugar.

 

 

AMOR REAL

Felicidades, llegaste a la etapa final, después de un arduo trabajo puedes voltear atrás y darte cuenta que todos los obstáculos que se les presentaron fueron parte del crecimiento que les llevó hasta aquí.

 

No significa que de aquí en adelante todo será felicidad, significa que comienza la etapa de hacer todo lo posible por prosperar juntos y decidir conscientemente siempre caminar de la mano con los sueños propios y de la pareja elegida.

 

No es un cuento de hadas, es la vida, es el amor, y simplemente es una prueba más de que estamos vivos y decidimos vivir unidos.

 

por Diana Cardona

[1] (https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-06-17/cerebro-sexo-relaciones-quimica-psicologia_2641447/)

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