El clímax del Joker

La película está causando polémica y debates por la conversación que genera en torno a las enfermedades mentales y la violencia; una cinta que incomoda a la vez que entretiene, y que no deja a nadie indiferente.

En días recientes asistí a una de las últimas funciones que el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) ofreció de Joker (2019), un largometraje escrito y dirigido por Todd Phillips que llegará a salas mexicanas el próximo 4 de octubre y que cuenta, desde una visión innovadora, la historia del ‘payaso del crimen’.

Producida gracias a un convenio entre Warner Bros. y DC Comics, la película gira en torno a la vida de Arthur Fleck, un hombre blanco de 40 años que padece de sus facultades mentales y que trabaja como comediante para poder pagar el pequeño apartamento que comparte con Penny, su madre.

Mientras la historia transcurre (y sin entrar en detalles para evitar los spoilers) podemos apreciar cómo Arthur lidia con el rechazo de una sociedad que, en conjunto con la precaria y decadente situación que vive Gotham City, provoca que el monstruo oculto comience a ganar control sobre su mente. Se trata, en pocas palabras, de un hombre en conflicto que sucumbe a la oscuridad y la locura, y las abraza como su verdadera esencia.

Es importante entender que esta no es una película de superhéroes con grandes efectos especiales, tampoco tiene una trama rebuscada ni hace falta leer cómics o ver otras películas para seguirla. La belleza de esta película radica en que, a la par que nos muestra el origen del archienemigo de Batman, es un interesantísimo estudio de personaje.

A Todd Phillips lo conocemos de manera muy escueta por proyectos como la trilogía de The Hangover y por su trabajo como productor en la aclamada A Star Is Born; donde hay que detenerse es en el increíble trabajo de actuación que Joaquin Phoenix desempeña en el papel principal. 

Por decirlo de un modo llano: Joaquin Phoenix es el Guasón más aterrador, más humano, más siniestro y más retorcido que ha existido en la pantalla grande. Las comparaciones son injustas, pero terriblemente necesarias, sobre todo en un personaje de este calibre, rodeado siempre de rumores y maldiciones, y la realidad es que Phoenix supera a todos sus antecesores en el papel. Desde la risa maniática, pasando por exagerados y teatrales movimientos, hasta el cambio de voz que hace conforme la historia avanza, es de esperarse que sea el favorito a llevarse el Premio de la Academia al mejor actor.

Y hablando de premios de la academia, hay otras cuatro categorías en las que, a mi parecer, Joker tiene muy fuertes posibilidades de ser nominada: fotografía, diseño de producción, guion adaptado y banda sonora.

La fotografía corre a cargo de Lawrence Sher, a quien hemos visto en otros proyectos de Todd Phillips y algunos blockbusters como The Dictator o la última entrega de Godzilla, es de aplaudirse y reconocerse el enorme salto de calidad que ha dado con respecto a sus trabajos anteriores. El cuidado en el estilo de las tomas, los encuadres y la colorimetría nos habla de un lenguaje cinematográfico congruente con lo que el guion solicitaba. 

Mención especial merece el movimiento de cámara, pues este recurso se utiliza de forma sutil para construir la inestabilidad de nuestro protagonista. Este gran logro cinematográfico no habría sido posible sin el diseño de producción que acompaña a la cinta y que consigue llevar al espectador a una experiencia inmersiva en lo que respecta a tiempo y espacio.

Una buena película depende siempre de un gran guion, y Joker no es la excepción. En este caso, el guion es simple, va de punto A a punto B. Sin embargo, son los detalles narrativos los que le dan ese toque de oscuridad que tanto impacta al espectador. Mediante apelaciones constantes al flashback y a las disrupciones narrativas en forma de alucinaciones, el guion introduce un toque de confusión sin que se pierda la trama. Se trata, además, de una adaptación que toma como referencias distintas novelas gráficas, principalmente The Killing Joke de Alan Moore y The Dark Knight Returns de Frank Miller, pero que consigue ser original y muy arriesgada. 

Si bien es seguro que esta será una película que provoque opiniones encontradas, algo que supo entender muy bien Todd Phillips durante la filmación, es que el Joker no existe sin Batman y Batman no existe sin el Joker. Ambos comparten esencia, y en la cita hay pequeños guiños sobre la relación entre ambos personajes.

La banda sonora es obra de Hildur Guðnadóttir, compositora islandesa recientemente galardonada por su trabajo en la serie Chernobyl, de HBO. Es imposible que su trabajo con Joker pase desapercibido, pues la música tiene un gran peso en el desarrollo de la personalidad de Arthur Fleck y proporciona claves al espectador para entender qué está pasando. 

El clímax en el manejo de los distintos elementos narrativos ocurre al final de la película cuando Arthur, en una escena magistral, única y escalofriante, abraza por completo su lado Joker. Ni siquiera Nolan pudo capturar bien la esencia del personaje.

Joker es un filme que nadie esperaba y que está destinado a convertirse en un clásico de culto. La actuación de Phoenix es, sin duda, lo mejor de la película, pero hay más elementos que abonan a lo que muchos críticos consideran ya una obra maestra del cine contemporáneo. Estamos ante la mejor película del género de la última década, algo muy fresco y que debería cambiar las reglas del juego. Una película que ya está causando polémica y debates por la conversación que genera en torno a las enfermedades mentales y la violencia; una cinta que incomoda a la vez que entretiene, y que no deja a nadie indiferente.

En palabras del propio director: «Entendimos que no le podíamos ganar a Marvel, entonces decidimos hacer algo que ellos nunca podrían, decidimos hacer algo mejor».

Total
0
Shares
Anterior
Carrera por el 5G, la antesala de un posible reordenamiento mundial

Carrera por el 5G, la antesala de un posible reordenamiento mundial

¿Por qué Estados Unidos está tan empecinado en jugar sucio en la carrera por dominar la tecnología 5G?

Siguiente
Ser Ampuero en tierra de Telémacos

Ser Ampuero en tierra de Telémacos

No recuerdo quién me lo recomendó o cómo fue que llegué a leer 'Pelea de Gallos', de María Fernanda Ampuero.

Podría Interesarte