La paradoja de las redes sociales y la salud mental en adolescentes

¿Cómo afectan las redes sociales y el uso de smartphones a la salud mental de los adolescentes?
Mtro. Hugo Rodríguez Reséndiz – Coordinador de Educación Colaborativa de la UAQ

Esta pregunta ha generado una gran cantidad de investigaciones y debates en la última década. La evidencia científica no es concluyente y, a menudo, resulta contradictoria. Por esta razón, es necesario explorar las principales ideas y descubrimientos de cuatro estudios recientes sobre este tema, destacando las controversias y reflexionando sobre las implicaciones éticas de nuestras interacciones digitales.

 

El impacto de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes ha sido un tema candente en la literatura científica. Al respecto, un estudio científico destaca que “el contenido moral y emocional tiende a viralizarse en redes sociales, capturando la atención de los usuarios” (Van Bavel et al., 2023). Esta “viralidad” puede tener tanto efectos positivos, como la solidaridad y el apoyo social, como negativos, como la amplificación del conflicto moral y político.

 

Jonathan Haidt, en su libro “The Anxious Generation”, argumenta que las redes sociales y los smartphones son responsables de la crisis de salud mental entre los adolescentes. Este punto de vista ha sido controvertido y criticado por otros científicos que consideran que la evidencia es insuficiente o malinterpretada. Por ejemplo, el informe de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM) indica que “la relación entre redes sociales y salud mental es más compleja y muestra efectos pequeños y asociaciones débiles” (Thorp, 2022).

 

En un análisis más detallado, el artículo “Specification curve analysis shows that social media use is linked to poor mental health, especially among girls” utiliza el análisis de curva de especificación (SCA) para identificar asociaciones significativas entre el uso de redes sociales y la mala salud mental, particularmente en las niñas (Burnell & Odgers, 2022). Este estudio sugiere que la percepción de los adolescentes sobre cómo la tecnología digital afecta su vida diaria está más fuertemente asociada con el bienestar que el uso real de la tecnología. Este hallazgo subraya la importancia de considerar no solo el tiempo que los adolescentes pasan en las redes sociales, sino también cómo perciben el impacto de este uso en su vida.

The Anxious Generation

 

La relación entre la percepción de deterioro tecnológico y el estrés psicológico en adolescentes a lo largo del tiempo es algo realmente alarmante. Utilizando modelos de curvas latentes, científicos encontraron que “hay una asociación entre la percepción de deterioro tecnológico y el aumento del malestar psicológico en adolescentes, aunque no necesariamente una relación causal directa. Este estudio destaca la importancia de las percepciones subjetivas en el análisis de los efectos de la tecnología (Burnell & Odgers, 2022).

 

Pero, ¿por qué las percepciones importan tanto? Un aspecto crucial es cómo las percepciones pueden amplificar los efectos negativos. Si los adolescentes creen que el uso de la tecnología es perjudicial, es más probable que reporten efectos negativos en su bienestar. Este fenómeno es similar a lo que ocurre con los usuarios de Facebook, donde “las asociaciones entre el mayor uso de Facebook y el menor bienestar solo se observan en aquellos que creen que Facebook es malo para el bienestar” (Burnell & Odgers, 2023).

 

Para estos mismos científicos, las diferencias de género también juegan un papel importante. Las niñas son más propensas a reportar mayores niveles de deterioro tecnológico y malestar psicológico. Esto puede deberse a factores como “la comparación social y la búsqueda de retroalimentación en línea, los conflictos interpersonales en línea y la cibervictimización”. Estas dinámicas pueden hacer que las niñas sean más vulnerables a los efectos negativos de las redes sociales.

 

Sin embargo, no todos los investigadores están de acuerdo con estas conclusiones. Algunos argumentan que la relación entre el uso de redes sociales y la salud mental es compleja y multifacética. En ese sentido, la tecnología digital puede ser tanto una herramienta de conexión social como una fuente de estrés. Esto sugiere que el impacto de la tecnología puede variar según el contexto y el uso específico que se le dé.

 

Entonces, ¿qué podemos concluir de todo esto? Primero, es claro que las redes sociales y los smartphones tienen un impacto en la salud mental de los adolescentes, pero este impacto no es uniformemente negativo ni positivo. En segundo lugar, las percepciones y creencias de los adolescentes sobre la tecnología juegan un papel crucial en cómo esta afecta su bienestar. Por último, las diferencias individuales, como el género y la edad, influyen en la vulnerabilidad a los efectos negativos de la tecnología.

 

A medida que avanzamos en nuestra comprensión de estos temas, es crucial reflexionar sobre las implicaciones éticas de nuestras interacciones digitales. ¿Deberíamos restringir el uso de redes sociales en adolescentes para proteger su salud mental? ¿O deberíamos centrarnos en educar a los jóvenes sobre el uso responsable de la tecnología y en fomentar percepciones más saludables?

 

Es fundamental considerar el papel de los padres, educadores y formuladores de políticas en esta discusión. Estos actores pueden ayudar a crear un entorno en el que los adolescentes puedan beneficiarse de las ventajas de la tecnología digital mientras minimizan sus riesgos. Por ejemplo, establecer límites de tiempo en el uso de dispositivos antes de dormir puede ayudar a reducir los problemas de sueño relacionados con la tecnología, un problema que ha demostrado ser particularmente preocupante en varios estudios.

 

Además, es importante promover una alfabetización digital que incluya habilidades para evaluar críticamente el contenido en línea y gestionar las interacciones sociales en las redes. Enseñar a los adolescentes a reconocer y resistir las comparaciones sociales y la búsqueda de validación en línea puede ser una estrategia eficaz para mitigar algunos de los efectos negativos de las redes sociales.

 

Puntualmente, la pregunta clave es cómo podemos equilibrar los beneficios y los riesgos de la tecnología digital en la vida de los adolescentes. ¿Es posible diseñar plataformas digitales que fomenten la conexión y el apoyo social sin amplificar los conflictos y la polarización? ¿Podemos desarrollar enfoques educativos y políticas que no solo limiten el tiempo de pantalla, sino que también promuevan un uso más consciente y beneficioso de la tecnología? ¿Las redes sociales deben de estar diseñadas para sujetar, manipular o crear conflictos en los usuarios? ¿Deben de existir redes sociales que funcionen con base en un neurocapitalismo?

 

En este sentido, es crucial seguir investigando y dialogando sobre estos temas. La ciencia nos proporciona herramientas valiosas para comprender las complejidades de nuestras interacciones con la tecnología, pero también necesitamos un enfoque ético y reflexivo que tenga en cuenta las experiencias y necesidades de los adolescentes.

 

Por todas estas razones, el impacto de la tecnología digital en la salud mental de los adolescentes es un tema multifacético y en evolución. Los estudios analizados aquí ofrecen una visión matizada de cómo las percepciones y el contexto pueden influir en los efectos de la tecnología. Es fundamental abordar estos desafíos con una combinación de evidencia científica, empatía y reflexión ética para promover un uso de la tecnología que apoye el bienestar de las generaciones futuras.

 

Para finalizar, es necesario considerar que como sociedad, debemos asumir la responsabilidad de guiar a los adolescentes en el uso de la tecnología de manera que maximice sus beneficios y minimice sus riesgos. Esto incluye no solo establecer límites y educar sobre el uso responsable, sino también diseñar tecnologías que sean intrínsecamente menos perjudiciales y más beneficiosas para la salud mental. En última instancia, la clave está en encontrar un equilibrio que permita a los jóvenes aprovechar las ventajas de la tecnología mientras se protege su bienestar emocional y psicológico. La ética debe ser el faro que guíe nuestras decisiones en un mundo cada vez más digital.

Mtro. Hugo Rodríguez Reséndiz – Coordinador de Educación Colaborativa de la UAQ

Referencias

 

Burnell, K., & Odgers, C. L. (2023). “Trajectories of perceived technological impairment and psychological distress in adolescents”. Journal of youth and adolescence, 52(2), pp. 258-272.

 

Thorp, H. H. (2024). “Unsettled science on social media”. Science.

 

Twenge, J. M., Haidt, J., Lozano, J., & Cummins, K. M. (2022). “Specification curve analysis shows that social media use is linked to poor mental health, especially among girls”. Acta psychologica, 224, (103512).

 

Van Bavel, J. J., Robertson, C. E., Del Rosario, K., Rasmussen, J., & Rathje, S. (2024). “Social media and morality”. Annual review of psychology, 75, pp. 311-340.

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