Oficialmente hemos entrado a la recta final de la temporada 2024 de Fórmula 1, y con las alineaciones para la temporada 2025 ya confirmadas, una pregunta constante y sonante ha estado presente: ¿por qué no hay mujeres en la Fórmula 1?
La ausencia de mujeres en este deporte es un tema que, además de generar un amplio debate a lo largo de las décadas, va más allá, pues parece estar arraigado en la cultura machista de la sociedad.
Aunque la gente olvida que desde su creación en 1950, sí que han competido mujeres en este deporte, cinco mujeres en total, la cuestión es, si nos ponemos serios, que realmente son dos mujeres las que lograron competir en Grandes Premios.
La historia de las mujeres en la Fórmula 1
María Teresa de Filippis, nacida en Nápoles el 11 de noviembre de 1926, fue la primera mujer en competir en un Gran Premio de Fórmula 1. Debutó en 1958 con Maserati, aunque es cierto que su camino estuvo lleno de obstáculos.
En su primera carrera, el Gran Premio de Bélgica, terminó en un décimo lugar y no logró sumar puntos pues, en ese entonces, la regla dictaba que solo los primeros cinco pilotos recibían puntuación.
Fue una carrera que estuvo marcada por el machismo y el escepticismo; incluso fue rechazada para competir en el Gran Premio de Francia por el director de la carrera, quien le dijo que “el único casco que debe llevar una mujer es el de la peluquería”.
Por otro lado, tenemos a Lella Lombardi, quien es recordada como la única mujer en sumar puntos en un Gran Premio, logrando un sexto lugar en el Gran Premio de España en 1975. Su trayectoria fue breve pero significativa; compitió entre 1975 y 1976 y se convirtió en un símbolo para las mujeres en el automovilismo.
Ambas pilotos enfrentaron desafíos técnicos y competitivos, además de barreras culturales que estaban limitando su participación.
El difícil contexto social y cultural
La ausencia de mujeres en la Fórmula 1 es, como ya se ha dicho, un reflejo de una cultura automovilística que ha sido tradicionalmente masculina. No es un secreto que desde los inicios del deporte las percepciones sobre los roles de género han influido (negativamente) en la forma en la que se percibe la capacidad femenina para competir a un alto nivel.
Así pues, el automovilismo no ha sido la excepción, y es esta percepción la que ha llevado a que muchas mujeres lleguen a considerar este deporte como una carrera poco o nada viable.
Uno de los principales obstáculos es el alto costo para entrar al automovilismo. Se necesita un respaldo financiero significativo para avanzar desde las categorías inferiores hasta las grandes ligas del automovilismo, como por ejemplo, la Fórmula 1.
La historia nos ha dicho que las mujeres han tenido menos acceso a recursos y patrocinios desde siempre, creando una barrera económica que limita su participación y desarrollo como pilotos.
Además, contando a María Teresa de Filippis y a Lella Lombardi (por lo menos en el Gran Circo) existe una clara falta de modelos a seguir, sin ejemplos visibles de éxito femenino en las categorías más altas del automovilismo. Muchas jóvenes se desaniman y no consideran una opción viable para su futuro profesional.
F1 Academy
A pesar de estos desafíos históricos, en tiempos más recientes sí que han surgido iniciativas para fomentar la inclusión femenina en el automovilismo. La creación de la F1 Academy es uno de los pasos más importantes en este camino, pues es una categoría exclusiva para mujeres que busca proporcionar una plataforma donde las jóvenes talentos desarrollen sus habilidades y aspiren a competir en la Fórmula 1.
De manera oficial, la F1 Academy se lanzó en 2023, y el impacto que recibió fue muy positivo, pues ofrece carreras competitivas sin dejar de lado la visibilidad de las pilotos femeninas.
La primera temporada contó con la participación de 15 pilotos, todas compitiendo en siete rondas alrededor del mundo, lo que representa una oportunidad sin precedentes para las mujeres en este deporte.
Se creó una división específica, pero ¿y las escuderías, qué están haciendo? Alpine y Ferrari son dos equipos que han implementado programas específicos para identificar y desarrollar talento femenino desde las categorías más bajas hasta llegar a la Fórmula 1. Esfuerzos como estos son cruciales para cambiar la narrativa actual y abrir nuevos caminos hacia una mayor inclusión.
¿Obstáculos?
Contrario a lo que muchos detractores de este deporte creen, manejar un monoplaza de la Fórmula 1 es mucho más difícil de lo que parece. No podemos ignorar los desafíos físicos que implica manejar un coche de F1. Aunque las mujeres han demostrado ser capaces físicamente, los monoplazas no están diseñados teniendo en cuenta la ergonomía femenina, lo cual puede afectar su rendimiento durante las competencias donde cada milésima de segundo cuenta.
La exigencia física del automovilismo requiere no solo habilidades técnicas, sino también resistencia física y mental. Las mujeres deben superar estereotipos sobre su capacidad para manejar estas exigencias que, en muchos casos, llegan a ser extremas; un desafío monumental que puede resultar desalentador.
Un futuro brillante
El futuro parece inspirador, con iniciativas como la F1 Academy y programas desarrollados por equipos; aunque el camino hacia una mayor representación femenina en la Fórmula 1 sigue siendo largo y lleno de obstáculos.
La combinación de factores como el económico, culturales y físicos han creado un entorno desafiante para aquellas interesadas en este deporte que tanto disfrutamos.
A corto plazo, parece ser que la solución es la visibilidad; al tener más mujeres compitiendo se pueden inspirar a nuevas generaciones a considerar este deporte como una opción viable.
La historia de María Teresa de Filippis y Lella Lombardi debe servir como faro de inspiración, pero también como un recordatorio constante de los desafíos aún persistentes que enfrentan las mujeres.
Con un esfuerzo en conjunto entre organizaciones deportivas, equipos y patrocinadores comprometidos con una inclusión real, es posible transformar el panorama del automovilismo femenino.
Lo que aprendimos
Aunque la ausencia de mujeres en la Fórmula ha sido un tema recurrente por décadas, hay señales positivas que sugieren que un cambio inminente se aproxima. Con iniciativas adecuadas y un compromiso real hacia la inclusión genuina –como diseñar autos donde pilotos y pilotas puedan sentarse– podríamos estar al borde de una nueva era donde las mujeres tengan un lugar no sólo como competidoras, sino también como líderes dentro del fascinante mundo del automovilismo.
El momento ha llegado, es hora de acelerar hacia un futuro más inclusivo e igualitario.
Johan Martínez