“Los sueños que compartimos”: un documental sobre la defensa de la tierra y la dignidad

Un documental sobre la lucha por el territorio.

Los modelos de consumo actual y la vorágine capitalista insisten en medir la tierra por su utilidad:  los ríos se convierten en mercancía y los bosques en inventario. Y es en medio de esta angustia que cada día nos acosa más, que celebramos a quienes aun mantienen la esperanza y buscan con sus acciones cambiar la narrativa.  El próximo 21 de mayo, el Festival de Cine Ambulante proyectará “Los sueños que compartimos”, un documental de Valeria Leduc que sigue el eco de esas resistencias silenciosas —pero firmes— que surgen desde los rincones más olvidados del mapa.

La cinta nace del histórico encuentro que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sostuvo en 2021 con diversas comunidades defensoras del territorio. Pero más allá del evento político, Leduc captura algo más íntimo: la fuerza de la colectividad, la tenacidad de quienes se aferran a la tierra no como propiedad, sino como hogar.

“Este documental es un homenaje”,  afirmó Leduc durante una conversación que sostuvimos en el marco de la presentación de su obra. Tras tener la oportunidad de ver este documental tuve la certeza de que en efecto se trata de un homenaje a los pueblos indígenas, que son quienes hoy luchan con más fuerza por nuestros recursos y que por siglos han sido víctimas de la discriminación y el racismo, que parece no cesar.  Pero también, este documental nos muestra que este rechazo no solo es motivado por el origen, también por la lucha. En Alemania y España los grupos que desde su trinchera resisten por el territorio como un todo, son denostados por aquellos que temen ver mermados sus privilegios.

La película entreteje varias historias de lucha, atravesadas por un hilo común: el amor por la tierra y la conciencia de que defenderla es también aferrarse a la vida. Desde Galicia, al norte de España, Leduc retrata cómo familias enteras se organizan para derribar eucaliptos —árboles introducidos por la industria papelera— que han desplazado a la flora nativa y secado los suelos.

El viaje documental también se adentra en Alemania, donde jóvenes activistas se enfrentan a una minera que ha devastado el bosque más antiguo del país. Su lucha no es sólo ecológica: es también un grito generacional contra la devastación disfrazada de progreso.

Y finalmente, el relato regresa a México, a Puebla, donde una comunidad encabezada principalmente por mujeres indígenas mayores resiste el despojo de agua provocado por la empresa Bonafont, acusada de dejar sin agua a pueblos enteros con total impunidad por parte de las autoridades. “Los sueños que compartimos” es un retrato honesto, y por momentos duro, de lo que significa cuidar lo común en un sistema que todo lo quiere privatizar. Pero también es una invitación: a mirar, a escuchar, a preguntarnos qué lugar ocupamos en esta lucha que, en realidad, nos pertenece a todos.

Miriam Vega

Total
0
Shares
Anterior
La decadencia de las subculturas

La decadencia de las subculturas

¿Queremos la forma pero no el contenido?

Podría Interesarte