Los zoológicos, sin duda alguna, son un escenario perfecto para tener un contacto más cercano con los animales; en la edad moderna, las visitas a zoológicos buscan fomentar el interés por la vida silvestre y conocer un poco más de los diferentes ejemplares que pudieran haber, tanto de peces como mamíferos, reptiles, aves y, por supuesto, de la familia de los invertebrados.
Sin embargo, así como ha crecido la demandas de ejemplares dentro de los zoológicos, también ha crecido la preocupación de parte de asociaciones pro animales que han criticado las medidas de cuidado de ciertos zoológicos, ya que, a pesar de que muchos de los ejemplares son criados en cautiverio y fuera de su zona natural, se debe de tener ciertos cuidados para hacer más amena su estancia en el zoológico.
¿Qué medidas se piden? Primeramente, el aseo y el alimento deben de ser adecuados, contando con la asistencia de un médico veterinario especializado para poder atender cualquier situación que el ejemplar pudiera tener, sobre todo si se encuentra fuera de su hábitat natural.
Entre otras cosas, jurídicamente también se ha buscado trabajar en favor de cómo la sociedad ve a los zoológicos, quitando este estigma de que viven en una jaula en condiciones poco óptimas. Por ello, se han realizado diversas estrategias para que la denominación de zoológicos, cambie a Centros de Conservación de la Vida Silvestre.
Uno de los casos en donde esta denominación ya fue empleada es en la Ciudad de México, donde en el mes de abril de 2024, la Comisión de Bienestar Animal del Congreso local capitalino, aprobó el dictamen a la iniciativa para reformar la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, a fin de actualizar la denominación de zoológicos a Centros de Conservación de la Vida Silvestre, y así reconocer en esos sitios las nuevas funciones y enfoques como centros de investigación científica, rehabilitación de animales y rescate de especies en peligro.
Esta iniciativa muestra el contexto histórico, puesto que los zoológicos se crearon por intereses particulares de individuos que deseaban coleccionar animales de todo el mundo, y que al volverse industrias, esas colecciones de seres sintientes pasaron a ser zoológicos, un concepto con énfasis en el entretenimiento para las personas. Sin embargo, con esta nueva denominación, ahora va mucho más allá el trabajo de conservación de la vida silvestre, dejando por un lado la idea de ser solo un espacio de entretenimiento, sino uno de conocimiento y cuidado animal.
Los Centros de Conservación de la Vida Silvestre tienen como objetivo la recepción, conservación, protección, recuperación, reinserción y canalización de ejemplares de vida silvestre que son producto de rescate, entregas voluntarias o aseguramientos por parte de las autoridades pertinentes.
Con ello, resaltan mucho los trabajos que se están realizando en el Nuevo Wamerú en el estado de Querétaro, el cual está siendo transformado para convertirse en un Centro de Conservación de la Vida Silvestre luego de ser un zoológico que por diferentes factores externos, fue deteriorándose.
El proyecto del nuevo Wamerú consiste en crear una reserva ecológica que busca cambiar la interacción entre los visitantes y los más de 500 ejemplares que aguardan en las 12.5 hectáreas de la reserva; proyecto al que se le inyectarán 80 millones de pesos provenientes del sector privado.
Francisco Segura