Educación a distancia, un reto para los profesores durante la pandemia

A las dificultades tecnológicas y de conectividad a las que se enfrentan alumnos y profesores en esta nueva modalidad de enseñanza, se suman las que se presentan en el plano psicológico y de acompañamiento emocional.

En México las clases presenciales fueron canceladas desde el pasado 23 de marzo, cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia por la pandemia de COVID-19 que, hasta el momento, ha cobrado la vida de 86 mil 893 personas.

Las alumnas y alumnos del país cerraron el ciclo escolar pasado en la modalidad virtual, y así arrancaron el ciclo 2020-2021, el lunes 24 de agosto, con una serie de retos a los que se han enfrentado no solo estudiantes, sino también docentes: problemas de conectividad, falta de equipo tecnológico y desconocimiento del uso de plataformas digitales.

Experiencia en Querétaro

Erasto Galván Rodríguez es profesor de educación física en las escuelas primaria Octavio Paz, Leona Vicario, Quetzalcóatl y Frida Kahlo, turnos matutino y vespertino, ubicadas en el municipio de Corregidora.

Su mayor reto en esta nueva normalidad educativa ha sido acercar la información a sus alumnos mediante las plataformas digitales. Con apoyo de dos de sus hijas, Erasto graba sus clases y las hace llegar vía WhatsApp o correo electrónico para garantizar un aprendizaje más óptimo y práctico para los estudiantes. Por esta misma vía recibe las evidencias para su evaluación.

«El reto, en primera parte, el manejo de las tecnologías que hay, es muy importante que todos podamos manejarlas de una forma que a uno se le faciliten las cosas. Y la otra parte es la conectividad con la población escolar, ha sido muy complicado, muchos niños tienen la forma y algunos no tienen cómo conectarse», dice.

Para Erasto, desarrollar los aprendizajes establecidos en los planes de educación ha sido una de las tareas más difíciles en esta pandemia, sobre todo cuando se trata de impartir su clase de educación física, pues hay quienes no cuentan con herramientas en casa para cumplir a cabalidad la instrucción.

Su caso no es tan distinto al de Ana López, profesora de nivel preescolar, quien ha tenido que dedicar su día entero a la preparación de clases online y adaptarse a los horarios de trabajo de los padres y madres de familia.

«Doy clases en tres turnos, a las 8, a las 11 y a las 5 o 7 de la tarde, depende del horario de los papás, me he tenido que adaptar», cuenta.

Sin embargo, por el nivel escolar en el que labora, la tarea más complicada ha sido captar la atención de los más pequeños, pues a nivel preescolar la carga de afectividad es uno de los pilares fundamentales para la impartición y captación de conocimientos, y la presencia del virus ha cortado de tajo este modelo educativo.

Alumno de primaria toma clase desde casa. En los hogares se han tenido que acondicionar espacios para que los niños puedan concentrarse en sus tareas.

Alfredo Botello Montes, secretario de Educación del estado de Querétaro, coincide con ello, «no hay nada como establecer una educación cercana y física entre alumno y profesor»; sin embargo, afirma que, durante esta pandemia, los docentes han establecido mecanismos que permiten sostener esta relación, a través de un mensaje de texto, por WhatsApp, llamadas, hasta la colocación de cartulinas u hojas en la tiendita más cercana a la institución educativa.

«Tenemos el servicio que se está prestando por los sistemas de televisión del gobierno federal, que se sumó Querétaro por conducto de la televisora nuestra y Radio UAQ. No hay como la educación presencial, escolarizada, principalmente en algunos niveles escolares como lo es educación básica, desde la educación inicial hasta la secundaria», indica.

Botello Montes recuerda que para enfrentar el reto de la conectividad se entregaron cuadernillos en las zonas donde no se cuenta con internet, radio o televisión, y destaca que se trabajó en materiales incluyentes para garantizar el acceso a la educación de todos los menores.

De 24 alumnos, al menos 10 van rezagados: la historia de la telesecundaria 1047 de Irapuato, Guanajuato

El Programa Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que más de 1.4 millones de estudiantes mexicanos abandonarán la escuela por la pandemia, y aunque no ha habido casos en la Telesecundaria 1047, 10 estudiantes se han rezagado por no tener acceso a un televisor, radio, computadora o celular.

Alma Jessica Contreras Perdomo, maestra de esta escuela ubicada en la comunidad de El Carmen, Irapuato, en Guanajuato, ha intentado de una y mil formas acercar la educación a sus estudiantes y le preocupa el rezago que registra su grupo escolar.

«Yo tengo un grupo de 24 niños, de esos 24 niños 14 tenían teléfono, pero los otros 10 no tenían acceso a absolutamente nada, solo tenían su cuadernillo que les hicimos llegar gracias a las autoridades de la comunidad. Con las audioclases accedimos a esos 14 niños, pero se nos seguían quedando rezagados esos 10», indica.

Educar a distancia ha sido un reto difícil desde el ciclo pasado, esto aún cuando el sistema de telesecundarias ha sido bondadoso, sobre todo en las áreas rurales, donde los estudiantes han aprendido a seguir instrucciones en los planteles por las transmisiones de televisión. La dificultad vino cuando las clases hubo que tomarlas desde casa, pues la falta de equipo tecnológico supuso una barrera que, con el apoyo de algunas mamás y papás, se logró vencer.

«No todos los estudiantes tenían acceso a una televisión, tenían los contenidos, sabían de los contenidos de ‘Aprende en Casa’, pero no tenían acceso a una televisión, por ello se elaboraron cuadernillos para que pudieran acceder a WhatsApp. Pero nos enfrentamos a una segunda problemática, no tienen acceso a un teléfono ni a internet. Entonces, híjole, ahora cómo le hacemos», señala.

Alma cuenta que las autoridades de Guanajuato les han presionado para tomar cursos que permitan garantizar la impartición de clases; sin embargo para ella ninguno de ellos ha sido eficaz para acercarse a sus estudiantes, pues la plataforma más accesible para su grupo ha sido WhatsApp, así que sus clases las ha impartido mediante esta red social.

Con esta nueva modalidad educativa, Alma enfrenta otro desafío: la parte emocional a la que han sido expuestos sus estudiantes. Dos mujeres y un hombre le han enviado mensajes diciéndole que «quieren dejar todo», palabras que la han marcado y han demostrado el estrés al que han sido predispuestos niñas, niños y jóvenes.

«Los niños están sufriendo muchísimo; adoran estar en la calle, por fortuna en las comunidades rurales todos se conocen y el que ellos anden en la calle es su paraíso y con esta pandemia ha sido muy triste. Tengo dos niñas y un muchacho que dos veces me han escrito mensajes queriéndolo dejar todo y a los que tenemos que tenerles un apoyo emocional, psicológico, de otras instancias para que puedan seguir adelante», relata.

Alma reconoce que ha sido una etapa difícil para sus alumnos y para ella como maestra, pero considera que una de las cosas que han podido aprender de esta pandemia es la importancia de acercarse a la tecnología y transitar de los libros y cuadernos a una educación tecnológica «que nos lleve a otra era». Además, agradece el apoyo de los papás que han trabajado a la par con sus hijas e hijos, pese a que haya quienes se quejen y exijan el sueldo del maestro.

«Antes de nosotros dar una clase hay una planeación de programas, de contenidos que tenemos que bajar de nivel para que empiecen de lo básico a lo abstracto, están viendo que es complicado, entiendo la molestia, pero también es su trabajo como papás, y el niño necesita menos quejas y más soluciones», comenta.

Clases a distancia, las alternativas educativas de las autoridades

La Secretaría de Educación del estado de Guanajuato optó por entregar cuadernillos de apoyo de un nivel escolar más bajo, con la finalidad de que los estudiantes pudieran resolverlos de forma individual.

En tanto, la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el estado de Querétaro (Usebeq) adoptó dos estrategias para el ciclo escolar que corre, la primera de ellas la selección de contenidos básicos, es decir, impartir los contenidos básicos de cada nivel educativo: comprensión, conocimiento y aplicación, y la segunda fue la selección de contenidos que pudieran dejarse en segundo plano debido a las clases a distancia.

Para Maribel Rodríguez Martínez, subcoordinadora de gestión educativa de la Usebeq, ambas estrategias funcionan pues se imparten contenidos que permitirán consolidar el aprendizaje de los estudiantes.

«De los principales retos en esta educación a distancia es brindar y dar continuidad a la socialización de los contenidos de aprendizaje con los estudiantes, los niños no se encuentran en las escuelas, están en casa, y los retos tienen que ver con las dinámicas familiares, con las posibilidades de acceso a medios digitales, a programas de televisión», explica.

Nuevos mecanismos de evaluación, una de las apuestas en materia educativa

Maribel Rodríguez puntualiza que, tras esta epidemia, a nivel educativo se debe apostar por la autoevaluación de los alumnos, al ser una de las formas idóneas de identificar el aprendizaje obtenido por los estudiantes.

«Los aprendizajes escolares no son los únicos importantes, el que se da afuera también es valioso y va a ser evaluado en ese sentido. Las necesidades y los intereses de los estudiantes son los que determinan los aprendizajes. El niño tiene que hacer una cognición de lo que está aprendiendo», enfatiza.

En ello concuerda Teresa Rodríguez de la Vega Cuéllar, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, quien cree que existe una mala cultura de la evaluación, pues la sociedad está acostumbrada a palomear y tachar, en vez de evaluar conforme las dificultades y facilidades de los alumnos.

«Tenemos una mala cultura de la evaluación, estamos acostumbrados a diseñar instrumentos que nos dicen si el otro aprendió, la evaluación la tenemos muy ligada a la calificación. Estamos demasiados preocupados por la calificación y poco preocupados por hacer de la evaluación un instrumento con el que el estudiante se forme, que los ejercicios de formación les sirvan a los niños, hasta la universidad, a conocer auto críticamente sus dificultades y sus facilidades», indica.

Por ello, Teresa coincide en la necesidad de impulsar nuevos mecanismos de evaluación formativa que permitan que los estudiantes de cualquier nivel educativo tengan la capacidad de entender en qué tienen dificultades y con base en ello apoyarlos para avanzar poco a poco.

https://www.youtube.com/watch?v=xDwG1IIEGtk
Así transcurre una clase de licenciatura impartida por Teresa Rodríguez de la Vega.

Quienes han compartido su experiencia, admiten que la impartición de clases a distancia toma ahora más tiempo del habitual, pues, de acuerdo con Teresa «bien que mal» la docencia se vuelve en algunos aspectos rutinaria, y ahora es importante brindar una educación pormenorizada. Esto implica una fatiga física y emocional en todos los niveles educativos.

«No sé si en esto reside lo profundamente cansado que me está resultando esto, pero sí, está resultando agotador el momento de la preparación y también el momento escénico de estar frente a grupo. A la gente le hizo eco y muchas personas reaccionaron igual», señala.

Conectividad y acceso a equipo tecnológico en México

En México, el 92.5 por ciento de los hogares tiene al menos un televisor; sin embargo, solo 44.3 por ciento dispone de una computadora, porcentaje menor al registrado en 2018.

Lo anterior de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Tomando en consideración que las clases ahora se imparten a distancia y se hace uso de las tecnologías de la información, en el país hay 86.5 millones de personas con acceso a un equipo celular; los datos de la encuesta arrojan que 79.9 por ciento de quienes habitan en las zonas urbanas cuentan con unos, mientras que en zonas rurales la cifra desciende a 58.9 por ciento.

El problema se acrecienta cuando se habla de acceso a internet, pues solo 20.1 millones de hogares tienen acceso a este, lo que representa a un total de 80.6 millones de usuarios; el 76.6 por ciento de los que viven en zonas urbanas cuentan con acceso a internet, mientras que en zonas rurales el acceso es de 47.7 por ciento.

Según la encuesta, los equipos con los que mayor acceden a este servicio son celular, laptop y computadora de escritorio; mientras que la tendencia de uso de internet, previo a la pandemia por coronavirus, era entretenimiento, obtención de información, comunicarse, redes sociales y apoyo para la educación y capacitación.

Cabe destacar que, pese a los avances en el país porque más personas tengan acceso a internet, México aún sigue rezagado en la materia al lograr que solo siete de cada 10 personas puedan hacer uso de esta herramienta, por debajo de lo registrado en países como Corea del Sur, Reino Unido, Alemania y Suecia, donde nueve de cada 10 pueden.

Problemas de la educación a distancia en el mundo

De acuerdo con la ONU, al menos 13 millones de niños en América Latina y el Caribe no pueden acceder al aprendizaje remoto, 121 millones en África, 80 millones en Asia oriental y del Pacífico, 37 millones en Oriente Medio y 25 millones en Europa del este y Asia central.

En su informe Accesibilidad del aprendizaje remoto, la ONU señala que los estudiantes que habitan en los hogares más pobres y que viven en áreas rurales son los más propensos a perder su educación durante los cierres de las escuelas.

Además, advierte que los estudiantes de nivel preescolar serían de los más afectados con el aprendizaje remoto, debido a los desafíos y las limitaciones del aprendizaje en línea, la falta de programas de aprendizaje a distancia para este nivel escolar y la falta de recursos en el hogar.

En cambio, quienes cursan la secundaria son quienes menos probabilidades tienen de perder su educación, el problema al que se enfrentan es a la falta de equipos tecnológicos para acceder al aprendizaje a distancia.

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