Las editoriales independientes crecen de manera orgánica: entrevista a Oliver Herring

Una interesante charla entre Oliver Herring, cofundador de Herring Publishers, y nuestro colaborador Ramsés Jabín Oviedo Pérez.

Leary Oliver Herring González (mejor conocido como Oliver Herring) nació en Querétaro en 1981. Es licenciado en Letras Inglesas por la Universidad Autónoma de Querétaro y maestro en Comunicación y Cultura Digital por la misma institución. Se ha desempeñado como editor, profesor y gestor cultural. Como cofundador del sello editorial Herring Publishers desde 2008, ha sabido conformar un catálogo que posee a muchas de las plumas más sobresalientes de la literatura queretana contemporánea. Aprovechando el XVI aniversario de actividad editorial, nos reunimos a principios de enero en la plataforma de Zoom, y platicamos acerca de su visión del mundo editorial subnacional, así como sus retos y proyectos actuales en la promoción de la literatura local independiente.

Gracias, Oliver, por aceptar la entrevista y por compartir tu experiencia en esta radiografía testimonial de Querétaro. Comencemos con esta pregunta, ¿cómo describirías el papel de una editorial independiente en el panorama mexicano actual?

Creo que al hacer una colección de autores y de títulos se vuelve siempre una curaduría el catálogo. Una editorial independiente le apuesta a ofrecer un determinado producto (en este caso libros), que creemos que merece la pena publicar. Digo, creemos, porque tanto el autor como el editor apuestan a que salga una publicación. Finalmente, se trata de hacer un catálogo diferente al catálogo comercial. Tampoco es que sea muy comercial la otra literatura (la de las grandes editoriales), pero es hacer frente con otra propuesta.

¿Consideras que ha cambiado este rol de las editoriales independientes en la actualidad? ¿Percibes alguna transformación debido a las nuevas tecnologías o las redes sociales tan presentes hoy día?

Creo que sigue siendo el mismo. Evidentemente, hay muchos cambios culturales y tecnológicos que abonan a la producción y a la tarea de la editorial. Por ejemplo, las redes o internet permiten que tengamos difusión. Mis libros se van soltando poco a poco en internet (en PDF). Pero no sé si otras editoriales mantengan ese modelo digital. Yo creo que no, aquí estamos hablando del fetiche libro/objeto. Ahí el rol sigue siendo el mismo, que el libro llegue en físico a los lectores.

¿Cuáles son los mayores desafíos que has enfrentado como editorial independiente?

Definitivamente la distribución es mi desafío más grande. Si de por si el número de ejemplares es limitado, eso ya lo vuelve un reto para la distribución. ¿Cómo llegas a más lectores? ¿Tienes manera de que tus libros lleguen a otros Estados? [CA1] Afortunadamente he publicado a gente de la Ciudad de México y Guadalajara, con ello se ha abierto el camino para llegar a otros lugares. Pero eso no es una garantía. Ahí es donde la página donde subimos los PDF ha servido y ayudado, porque otra gente se entera de lo que hace la editorial. Y es que ir a ferias implica un gasto, necesitas el tiempo, los recursos para ir y estar ahí. Además, hay otro desafío. Como soy solo en la editorial, a lo mejor eso limita. El decidir qué textos se van a publicar tarda todo mi proceso de lectura, de decisión, de maquetación, de esperar a que surjan los recursos. Luego de eso, vender en librerías independientes, pues solo ahí te van a aceptar este tipo de libros. No podemos aspirar a librerías comerciales. Pues no creo que la gente esté buscando en librerías comerciales algo de literatura independiente.

En tu experiencia editorial, ¿cómo logras destacar y atraer a lectores frente a este mercado tan voraz de las grandes editoriales, que tienen una atención mediática en ferias e incluso en redes sociales? ¿Qué estrategia hay para conseguir a lectores de ese nicho que tú ya identificaste que consumen esa literatura independiente?

Es una gran pregunta porque a lo largo de estos años, más bien se ha hecho una comunidad de consumidores de cierto tipo de literatura, voy a decir mexicana contemporánea, que genera una comunidad de amistades, de poetas que comparten intereses estéticos. Tampoco es que estemos en una labor muy grande de generar nuevos públicos. Aunque sería interesante saber cómo poder hacerlo, pero este nicho de poesía solo crece de manera orgánica. Pero también la pregunta me da para pensar en qué estrategias se podrían hacer. Si en lugar de una presentación de un día se pudiera trabajar con el autor una especie de taller previo a la presentación. Eso es algo que apenas lo aprendí de un taller.

Podría funcionar como enganche, sin duda. Por otro lado, ¿qué criterios consideras para seleccionar títulos y autores? ¿Qué valoras más, la originalidad, el estilo, la temática?

Creo que la temática me influye demasiado. Cosas de literatura fantástica, romántica o ciencia ficción no me llaman tanto la atención. Me fijo mucho en lo que está haciendo el escritor, en su propuesta, no es nada más publicar por publicar, porque a veces llegan esos trabajos que fueron haciendo a lo largo del año. O sea, la sugerencia es que el libro sea un proyecto, no todos los poemas tienen que ser de lo mismo, pero hay una línea que une el proyecto y se presenta como una propuesta de libro. Te puedes dar cuenta de si realmente hay un tallereo de escritura. Creo que sé identificar este tipo de trabajo.

Logo de la editorial.

¿Cómo le haces para estar atento tanto a nivel de lo que se va haciendo actualmente como a lo que ya traes en tu mentalidad de editor? Es decir, ¿qué te guía a pensar en la posibilidad de una propuesta, digamos así, genuina en alguno de los textos que recibes?

Híjole, quién sabe cómo pasa eso, porque yo en la licenciatura estaba en Letras Inglesas en la UAQ. Diremos que el canon en español no lo conozco a profundidad, pero eso creo que también me ayuda a leer e identificar algo como fresco. A partir de la primera plaquette con Gerardo Arana (1987-2012), también conozco en ese momento a Luis Alberto Arellano (1976-2016) y empiezo a asistir a sus talleres que ofrecían en el Seminario de Creación Literaria, y entonces ahí empiezo a hacer este campo de referentes de los escritores mexicanos nacidos en los finales de los setenta y principios de los ochenta. Ya después fui conociendo a los brasileños de la poesía concreta, toda la propuesta de Ulises Carrión (1941-1989). Ahí fui haciendo un banco de referencias que después fue resonando con las nuevas propuestas. Entonces creo que, por ahí, más bien es seguir el instinto y el gusto.

Volviendo al tema de la página web, ¿cómo ves el impacto que tiene el auge de los libros electrónicos (PDF, Epub, Kindle) como parte de una estrategia editorial? Sería interesante conocer tu opinión ya que pocas editoriales en Querétaro participan en este nicho de mercado y Herring Publishers ha subido a su plataforma[1] libros en PDF en descarga gratuita.

Personalmente no soy antiPDF, pero no me dedico mucho a leer en PDF. Aunque creo que en internet este tipo de poesía se lleva muy bien, porque un poemario de menos de 60 páginas, a lo mejor, sí resulta muy cómodo leerlo en el teléfono, en una o dos sentadas. Creo que tiene muy buena mancuerna el internet y la poesía. La verdad no mido las estadísticas de cuánta gente está visitando nuestra página o de dónde son. Sin embargo, a veces me llegan los correos, desde la página del blog, de gente buscando los libros en físico. De manera que sí tiene un impacto la página, valdría la pena seguirla actualizando. Pero pues ni modo, estoy yo nada más. Si de por si es complicado sentarte a leer un poemario, maquetarlo y luego presentarlo. A lo mejor no es tan difícil subir el PDF, pero valdría la pena empezar a ver una estrategia de a qué horas lo subo, si hago un flyer, cómo le aviso a la gente. Internet es un gran librero y hay mucha gente interesada que lo utiliza.

¿En la página web cuántos libros en PDF están disponibles de todo su catálogo?

Pues ya son como 70 libros publicados y creo que hay 15 en el blog. Antes de la pandemia empecé a liberar algunas cosas, pero los últimos todavía no. Valdría la pena revisar de nuevo para estarlo actualizando. Pero es que es otra tarea, el desafío también son manos. Si hubiera alguien dedicado en la parte digital sería muy bueno. Una cosa que pienso mucho son los posts que luego sube Gris Tormenta, con un fragmentito de lo que publica. Empiezo a divagar y pienso que estaría bien subir un poema de los que he publicado y nada más, así como para tener engachement con el público. Lo de menos es hacer la hoja, el chiste es el seguimiento, Pero también eso es picar a la gente. Me van a preguntar: Ay, yo quiero ese libro. Es que ya no hay de ese libro. Entonces, ¿para qué lo subes? Como quiera que sea, hay estrategias que vale la pena explorar, pero definitivamente tendría que ser con alguien más.

Desde tu perspectiva, ¿qué rol juegan las ferias del libro y los eventos culturales en la promoción de las editoriales independientes?

He participado en ferias en la Ciudad de México de libros —les dicen— de artista. Convocan a fanzines, libros de artista y editoriales independientes. Luego lo que me ha sucedido, es que muchas veces en este tipo de ferias la propuesta es muy gráfica y visual y ahí se diluye un poco la literatura. O sea, va otra gente que no está buscando letras sino más bien gráfica. En las grandes ferias, híjole, ahí me ahogo. Me angustia mucho estar en la FIL Guadalajara o en la FIL Minería, pero ahora en la FILMAQ 2024 estuvo bien la experiencia, porque hubo un stand más grande de puras editoriales locales. Creo que esa debería ser la propuesta de las ferias, que las hay, se abren convocatorias, solo es cosa de estar buscando. En fin, sí vale mucho la pena este tipo de encuentros.

Pensando en las editoriales que conoces, ¿hay alguna que tú admires?

Sí, muchas. Por ejemplo, de México me gusta mucho Gato Negro Ediciones y Esto es un Libro, que tienen una parte de literatura. Y de los libros de artista, está Pitzilein Books. Definitivamente se me hace muy inteligente su elección de textos, tienen unos ensayos muy bonitos. Los hacen mucho juego en el formato. He intentado con algunas cosas tratar de que los libros tengan otro lenguaje, como la ilustración o la fotografía, para que se dé ahí un plus con el diálogo de los lenguajes. A mí me ha costado muchas veces salir del formato que ya conocemos, la plaquette de hojas engrapadas, y a lo más que a veces le doy es la propuesta de la portada. Pero hay otros formatos que me gustaría también estar explorando.

Volviendo a los dulces 16 años de trayectoria editorial que mencionó el periódico El Universal en el mes de diciembre[2], ¿cuál ha sido la recepción que ha tenido “La Sensacional” a nivel local?

La cuestión con La Sensacional fue justo para mí una estrategia de distribución. Cuando no podíamos hacer encuentros de editores locales (que era a lo que estábamos aspirando Oswaldo de Gold Rain y yo, y que ya lo habíamos ensayado con Paulina Macías en dos ocasiones durante el Hay Festival), sugerimos reunir nosotros el material de las editoriales e irnos colocando de manera itinerante en la ciudad. Lo hicimos en librerías, en cafés, en eventos que fuimos llamando Sensacional de Editores. Y después salió la posibilidad de tomar el estanquillo de periódicos (ubicado en la esquina de Ezequiel Montes y Madero), y así lo hicimos, como propuesta de distribución. El impacto es una cosa extraña, porque, por un lado, creo que la idea gusta mucho, de que hay un lugar que distribuye literatura independiente local (o como se quiera nombrar), pero yo no veo el impacto económico, no veo que se venda más. Y lo digo porque, aparte de que solo abrimos un día a la semana, es un poco triste cuando ves que la mayoría de los peatones te pasan de largo y no logras llamar la atención. Sin embargo, la idea se celebra mucho. Creo que funciona más bien que estemos haciendo eventos ahí, eso genera un poquito más de ruido. Se hace un evento donde hay una lectura, hay movimiento en redes de que algo está sucediendo ahí. Pues hay sábados que se te van en la venta de unos cuantos stickers y de ningún libro. Tampoco, como te decía, es que la gente esté corriendo a buscar este tipo de literatura ávidamente, pero es una idea que ha ayudado a la editorial, que ahora es otra chamba. O sea, tengo la Sensacional, pero también tengo mi editorial.

En cuanto al tema de la diversidad cultural, que actualmente es todo un trending topic, ¿cómo abordas la inclusión de diversas voces en la construcción del catálogo editorial?

Ya hace varios años que el catálogo creció con puras voces de hombres. Es evidente que las plumas de las mujeres son pocas en todo el catálogo. No sé si sería 70-30%, hombres versus mujeres. Pero también está la cuestión del tipo de literatura que el catálogo ha ido formando. A lo mejor hay muchas chavas que escriben de otras cosas que no resuenan con el catálogo de la editorial. Sin embargo, sí ha habido muchas chavas muy interesantes. También tenemos la fortuna de colaborar con otros escritores. Pienso en Thaís Espaillat de República Dominicana, su propuesta no es que sea exactamente una literatura de género, es solo que las mujeres también están publicando con ese tema de la desigualdad y la inclusión. Han sido proyectos que están resonando en cierto tipo de arte y literatura. Yo trato de ser lo más abierto posible, no hay ninguna restricción, mientras que a mí me guste. Pero definitivamente no es tan fácil recibir propuestas de otros lados. Por ejemplo, en nuestro catálogo está la obra de Indómitos, de Guilhem Luycx, una obra de teatro gay totalmente, o No me voy a morir nunca de Espaillat. La mayoría de los escritores que tengo son neurodivergentes. Son cosas locas y está chido leerlos. Pero es una cuestión de gusto.

En este mismo sentido de activismo social y literatura en México, ¿crees que de alguna forma este fenómeno se manifiesta en las publicaciones que tiene Herring Publishers?

Bueno, la consigna es el “hazlo tú mismo”. Es la idea punk que se mantiene vigente, la de seguir haciendo las cosas porque uno las quiere hacer. Es lo que me gusta de otros proyectos que sí hacen una selección de textos, que vienen a conciencia de cambiar conciencias, con propuestas de ensayos de contracultura, de género, de política. Aunque creo que ya estoy un poco estancado en poesía mexicana contemporánea, es algo que a diario reflexiono: quiero obras que impacten socialmente. A lo mejor es cuestión de hacer un equipo y hacer un plan de trabajo y decir: Ok, hay esta selección de textos de anticolonialismo, de anticapitalismo que valdría la pena poner en el mercado —valga la contrariedad—, sobre todo para ir generando conversaciones. Y es que la mayoría de los libros tienen ideas con mucha resonancia en cuestiones estéticas, pero también hay otras cuestiones que valdría la pena también reflexionar.

Recientemente Akira Moctezuma, el editor de Niño Down, publicó en su muro de Facebook un recuento de editoriales que tituló “Promesas & Proyectos del 2025” (incluso te incluyó en su lista)[3]. Yo me quedé pensando no solo en la heterogeneidad de las propuestas sino también en el porvenir de la edición independiente en México. ¿Consideras que existen tendencias que vayan a cambiar el rumbo este año o hacia dónde crees que se dirige el sector independiente en nuestro país?

La cuestión es el hacerlo tú mismo. Esta lista la sacó después de que anuncia que él ya se retira, como editor de Niño Down (que lo veo difícil, él es una máquina de escribir y de proyectos, quién sabe qué tenga bajo la manga). Pero la producción de sus libros todavía es más limitada, son libros todavía artesanales. La cuestión de la producción a mano es complicada. Yo tengo procesos más automatizados, desde la impresión digital a blanco y negro. Él imprime a color, entonces sus libros son más caros, tiene menos inventario. Ahí está la cuestión: ¿cómo un proyecto de este tipo puede generar más inventario para que pueda haber más impacto y más lectores y se mantenga en la vigencia? Una cosa que a mí me ayuda, creo, es que los escritores que he tenido la fortuna de publicar son chavos que van bien. Pienso desde Imanol Martínez, que fue premio de dramaturgia Manuel Herrera; en Mauricio Caudillo, que siempre gana su mención honorífica en el concurso de cuento Ignacio Padilla; en Chío Benítez, que fue premio iberoamericano de poesía en Nuevo León; en Guillermo Hidalgo, con el premio de poesía Francisco Cervantes; en Sebastián Díaz, con el premio de poesía joven de la UNAM. También está una compañera tuya, Yolanda García, que acaba de ganar el premio Dolores Castro en ensayo. Y está bien bonito que, en su libro, en la biografía, aparece su primera publicación, Narcisa de Herring Publishers. O pienso en Horacio Warpola (1982-2024), del que acabamos de sacar su segundo libro en la editorial, pero pasó lo que pasó y pues se seguirá moviendo su obra, pero ya sin su calidez. Y hay varios con esa marca. Estos autores del catálogo están con la mira en la trayectoria literaria. Ya lo dijo Cristina Rivera Garza: algo ha de tener Querétaro, que de ahí salen todas estas propuestas. Me alejé un poco de la pregunta, pero lo que quiero decir es que mantienes un proyecto con la selección de tus autores.

Recuperando un poco el sentido de pregunta, ¿cuáles son las tendencias que siguen presentes en la edición independiente?

Pues creo que ya lleva varios años, en las editoriales independientes, la publicación de las bibliotecas personales. Lo que decíamos hace rato, lees algo que te impacta, porque tiene un mensaje social y buscas la manera de reproducirlo. La tendencia es poner en circulación ciertos textos que generan comunidad y conversaciones. A lo mejor los textos que yo publico, si bien no traen toda la línea social, son proyectos que destacan por su independencia y espíritu contestatario, sin llegar a ser panfletos. La literatura te permite romper sin ser panfletario necesariamente. Quisiera publicar decálogos anarquistas, porque me encanta el mensaje, pero prefiero publicar algo fresco.

Acabamos de hablar sobre el futuro, pero también algo importante es el pasado. ¿Cómo has evolucionado como editor en estos 16 años de labor editorial en Querétaro? Creo que ahí confluyen dos procesos: por un lado, el psicológico, de tener una motivación intrínseca para mantener esta persistencia; y por otro, el que es más bien literario y formativo, que ya platicamos un poco hace un momento, pero no sé hasta qué punto ha cambiado tu perspectiva cuando entras en contacto con nuevas generaciones de escritores.

No es tanto la personalidad, es la comunidad la que te mantiene. Por ejemplo, después de publicar a Gerardo Arana y que se volviera el escritor de culto de cierto grupo de escritores en la Ciudad de México, hubo un boom y ahí creció la célula. Claro, nos voltearon a ver y surgió ese culto a la literatura de Arana. Después llegó otra generación. Pienso en que, a los primeros que publiqué como a Horacio o Antonio Tamez ya van para los 40 años, y ahora tengo publicado a este chavito, Timy Carrillo, de 20 años, por lo que pareciera que hay una brecha generacional grande. Pero es porque Timy se ha mantenido interesado en estas lecturas. Pero regreso al tema, creo que es la comunidad la que permite estar. Quisiera tener la personalidad más acaparadora para seguir publicando, pero luego siento que todos estos años pueden generar cierta desconfianza en nuevos escritores. Porque me pueden percibir un poco como algo institucionalizado, de rucos. Pero es la comunidad la que se interesa en los textos de la editorial.

A nivel personal, ¿cómo compaginas tu labor de editor con la de profesor y de padre de familia? Pues eres docente y tienes una hija. ¿Cómo le haces con todo esto?

Mi papá me preguntó eso cuando me estaba ayudando a escanear todas las portadas. Me dijo: Oye, ¿cómo le hiciste para sacar 70 libros? Pues no sé, uno se tiene que buscar los tiempos para hacer las tres labores. Hasta el momento, ninguna se combina con la otra. Y a pesar de que tengo contacto con la juventud, a través de mis alumnos, ellos están en otro rollo, la mayoría son estudiantes de prepa. Por ahí habrá alguno que medio se acerque a seguir un poquito la literatura. Pero no son muchos estudiantes a los que les motive a seguir este tipo de publicaciones. Lo he intentado. Hicimos una especie de ‘fanzinoteca’ en Amazcala.[4] Pero he logrado las tres actividades organizando mis tiempos. Siempre con ganas de que se hagan las cosas, agradeciendo la paciencia de los escritores porque en lo que planeamos, producimos y presentamos es tiempo. La paciencia (a veces la insistencia) es fundamental.

Si pudieras dejar un mensaje a miles de jóvenes que se interesan por las editoriales independientes, ¿qué diría?

Casi no lo pienso (Risas), me dio risa porque alguna vez Andrea Perro Loco me dijo: Eres como el hermano mayor de las editoriales. Me acuerdo de que Andrea un día se acercó y me dijo: Oye, ¿cómo le haces? Y le enseñé todo el proceso de maquetación en InDesign. Después sacó su proyecto en formato collage. Y está padre que esas voces que salen no pierdan ánimos, que se mantengan, porque a veces entran con mucha ambición y se salen un poco decepcionados (como le pasó a Guilhem Lyxnc). Pero está bien, lo pueden hacer como el grupo de rock entre amigos, que en la prepa tenían su banda y después la dejaron. Está padre la edición, dejar una huella ahí de tu identidad y de tu voz y de tus deseos. Pero creo que vale la pena seguir haciéndolo.

Asociación de palabras con Oliver Herring:

Edición: Libertad.

Libro: Orden.

Querétaro: Identidad.

Independencia: El camino.

Riesgo: No te preocupes.

Gerardo Arana: Un ángel.

Música: Siempre.

Libertad: Mente.

Futuro: Cancelado, diría Mark Fisher.

Oliver Herring: Un amigo.

Ramsés Jabín Oviedo Pérez, editor, escritor y profesional de la información.


[1] Sitio web: https://herringpublishers.art.blog/

[2] Disponible en: https://www.eluniversalqueretaro.mx/vida-q/herring-publishers-festeja-sus-dulces-16/

[3] Disponible de forma pública en su perfil de Facebook: https://tinyurl.com/35ybaub5

[4] El evento se realizó en mayo de 2019 en la UAQ Campus Amazcala. Véase: https://tinyurl.com/4vud7a8v


 [CA1]¿Pregunta de Herring?

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