La llegada de la Inteligencia Artificial ha revolucionado muchos aspectos del mundo laboral, brindando avances tecnológicos que facilitan tareas cotidianas y mejoran la eficiencia en diversos sectores. Sin embargo, cuando hablamos del ámbito del Voice Over, la situación se torna difusa, balanceándose entre una herramienta que puede ser un gran beneficio y una posible amenaza.
No soy de la idea de satanizar la Inteligencia Artificial; pues su potencial es innegable y su presencia será cada vez más parte de nuestras vidas. Sin embargo, creo que debemos usarla con cautela y ser conscientes de las implicaciones que tiene en campos como el del Voice Over. En este sector, la voz humana no es solo un sonido: es matiz, es ritmo, es tono, timbre y, lo más importante, es emoción. Son las emociones las que hacen que nuestra voz cobre vida y logre conectar con la audiencia, esa magia intangible que, hasta ahora, la IA no ha logrado replicar de manera genuina.
Hoy en día, ya podemos identificar cuando una voz ha sido generada por IA. Aunque las voces generadas por IA son cada vez más precisas, hay algo en ellas que siempre suena vacío, mecánico… robotizado. Y en este contexto, la IA se convierte en una amenaza. Su capacidad para replicar las voces humanas con una precisión abrumadora plantea riesgos para quienes vivimos del arte de la locución. Si la IA puede reproducir nuestras voces, ¿qué valor tiene la voz humana?, ¿cómo podemos seguir trabajando si se nos reemplaza por máquinas que hacen el mismo trabajo, pero a menor costo?
Este panorama ha generado una respuesta en el mundo del Voice Over: un grupo de locutores se ha unido para crear la Organización de Voces Unidas (OVU), una iniciativa que busca defender el lugar de la voz humana en este mundo cada vez más automatizado. La OVU trabaja para asegurar que la implementación de la Inteligencia Artificial en la industria del Voice Over se haga de forma ética y responsable, de manera que aquellos que vivimos de nuestra voz no quedemos desprotegidos ante los avances tecnológicos. La visión de la OVU no es una guerra contra la tecnología, sino una llamada a la conciencia.
La propuesta de la OVU es clara: defender nuestros derechos sobre las voces generadas por IA. Esto no significa oponerse a la IA, sino buscar una integración justa en la que los locutores tengamos voz (literal y figurativamente) en este proceso. Algunas de las iniciativas que se promueven incluyen la creación de derechos de autor sobre las voces generadas por IA, para que podamos cobrar por su uso, pero a un costo más accesible que el de una grabación humana. De esta forma, se busca encontrar un balance en el que tanto la tecnología como los seres humanos podamos coexistir de manera equitativa.
En el mundo del Voice Over existen miles de historias que esperan ser contadas, y detrás de cada una de ellas hay una voz que no es solo un instrumento de trabajo, sino una extensión de nuestra identidad. Nos enfrentamos ahora a un panorama donde nuestras voces pueden ser reemplazadas, manipuladas y clonadas sin ningún tipo de protección.
Estamos en un momento crucial para reflexionar sobre cómo queremos que la IA forme parte de nuestras vidas y trabajos. En el ámbito del Voice Over, las emociones humanas, la creatividad y el talento único de cada individuo deben prevalecer, y la IA debe ser una herramienta que complemente, no que sustituya. La voz humana es mucho más que una secuencia de sonidos: es la esencia de nuestras historias, de nuestros mensajes, de nuestras emociones. Y, al final, esa es la voz que tiene el poder de conectar, de emocionar, de transformar. Por eso, la lucha por un uso ético y justo de la IA en el mundo del Voice Over es una lucha por nuestro futuro, por nuestras voces y por supuesto, por las voces de los que viven o aspiramos a vivir de la misma.
@michelmo.vo
Daniela Michel Morales Mondragón, colaboradora de la Dirección de Comunicación Universitaria UAQ
