¿Por qué existen dos Coreas?: un breve recuento

Conoce la historia de las dos Coreas, una de las divisiones geopolíticas con gran oportunidad de análisis.

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La historia de Corea del Norte y Corea del Sur es una llena de intromisión y posiblemente una de las fallas más grandes que ha cometido el Sistema Internacional hacia los países emergentes posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En este pequeño texto conocerás de manera resumida por qué existen dos Coreas en una sola península coreana y cuáles han sido los momentos claves en las interacciones de ambas partes de la misma moneda.

La península coreana bajo el Imperio Japonés

El último periodo histórico de monarquía que existe en la península de Corea es conocido como el Imperio de Corea (Daehan Jeguk) 1897-1905, el cual se caracterizó por un intento de supervivencia del territorio coreano ante el afán expansionista y colonizador de las potencias occidentales. Recordemos que durante estos años el imperialismo europeo se adentraba en todos los recovecos del mundo, y este expansionismo no solo venía del Viejo Mundo sino también de la más reciente potencia mundial: Japón.

Debido a las presiones ajenas, Corea se aisló a nivel global y comenzó a conocerse como el “Reino Ermitaño”, un reino que con la ayuda de sus fronteras marítimas y terrestres naturales se aisló casi totalmente. Y buscando mostrar aún más su dominio, los nipones forzaron una “apertura” del mercado coreano y con el apoyo de Estados Unidos, invadieron Corea en el año 1905 y provocaron la caída definitiva del Imperio en el año 1910, y el 22 de agosto se firma el controvertido Tratado de anexión de Japón y Corea, este último convirtiéndose en un protectorado japonés.

Gestando la guerra (antes de saber siquiera que habría guerra)

Este periodo, que duraría hasta el año 1945, se conoce en Corea como el Periodo Imperial japonés, en referencia a la opresión que sufrieron los coreanos a la hora de entregar toda su soberanía a un pueblo históricamente enemigo. Así, los japoneses aislaron a Corea todavía más del mundo exterior y sometieron a la población a todo tipo de crímenes (históricamente callados) como las mujeres de confort o la experimentación de armas biológicas en la población. De hecho, hasta el día de hoy la bandera de Japón Imperial aún es vista en la sociedad coreana de manera negativa y han habido incidentes por su uso en el colectivo mainstream.

Los japoneses redistribuyeron la organización política de Corea e instalaron la capital en Seúl, punto en el que invirtieron en infraestructuras de transporte con el objetivo de saquear los recursos coreanos como la madera o el carbón. De igual manera, la filosofía confucionista coreana fue rápidamente sustituida por una asimilación de la cultura japonesa en los colegios coreanos conocida como niponismo, que trataba de eliminar los rasgos culturales. Dentro de estos cambios forzados, se prohibió el uso de la lengua coreana, se impuso el uso del quimono, se clausuraron periódicos, se confiscaron tierras y se impusieron los trabajos forzados. Es por muchos de estos cambios nacieron diversos grupos guerrilleros en contra del Imperio y por eso se argumenta que la ocupación es hasta cierto punto un preámbulo de la futura Guerra Civil, ya que Estados Unidos había apoyado a esta isla a conquistarlos.

¿Con qué nos quedamos? El resultado post Segunda Guerra Mundial

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, que concluyó con la derrota definitiva del Imperio nipón, la península de Corea quedó libre del dominio japonés. Sin embargo, debido a su privilegiada posición geográfica y estratégica en el continente asiático (cerca de la Unión Soviética y la recientemente derrotada isla japonesa) Corea empezó a ser objeto de máxima atención para las potencias extranjeras. Además, previamente el país también se había mostrado como una enorme fuerza laboral.

Y como buena política post Guerra Mundial, las potencias mundiales ganadoras decidieron qué era lo mejor para este nuevo país y ocuparon el territorio, la Unión Soviética por el norte y Estados Unidos por el sur, tomando como línea divisoria el paralelo 38. En teoría esta ocupación sería temporal, sólo hasta que se constituyera el autogobierno coreano; sin embargo, las diferentes ideologías hicieron esto imposible, motivo por el cual norte y sur se convirtieron en comunidades totalmente separadas, en una decisión altamente cuestionable tomada por altos mandos, que separó familias y comunidades muy unidas.

Esta división a lo largo del paralelo 38 se formalizó en 1948, con la creación de dos estados: la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) y la República de Corea (Corea del Sur), consolidando las ideologías comunista y capitalista, respectivamente. En el norte, los rusos apoyaban a los comunistas y a su líder Kim Il-sung; mientras que en el sur, los americanos formaron una alianza con Rhee Syng-man, un político conservador y anticomunista, quien pasaría a la historia como el primer presidente de Corea del Sur.

La Guerra Civil (1950-1953)

Con el triunfo de la revolución comunista en China el 1º de octubre de 1949, otros países se sintieron motivados a llevar a sus gobiernos al siguiente nivel, entre ellos el de Corea del Norte, por lo cual para el 25 de junio de 1950, las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38 y empezaron a ganar territorio de manera descomunal. Esto genera una respuesta inmediata por parte de Estados Unidos, que no podía perder terreno ante los países satélites de la URSS (recordemos que esto sucede en el inicio de la Guerra Fría), y en conjunto con las Naciones Unidas se enfrentaron a los comunistas. Inicialmente, los norcoreanos lograron avances significativos, capturando Seúl, pero una contraofensiva liderada por el general MacArthur llevó a las fuerzas aliadas a la frontera con China.

Pero la entrada de China en el conflicto cambió el rumbo, empujando nuevamente a las tropas de la ONU hacia el sur, llegando a conquistar casi toda la península, la única ciudad que quedaba bajo el control estadounidense era Busan, justo en la costa. A pesar de esto, el conflicto se estancó a lo largo del paralelo 38, con fuertes enfrentamientos pero sin avances significativos de ningún lado. Las conversaciones de paz comenzaron en 1951, pero no fue hasta 1953 que se alcanzó el armisticio de Panmunjong, dejando la península técnicamente en guerra hasta la actualidad.

El armisticio y las secuelas

El 27 de julio de 1953 se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades, pero no a la guerra, ya que nunca se firmó un tratado de paz. La península quedó dividida por una zona desmilitarizada, que irónicamente, sigue siendo una de las fronteras más militarizadas del mundo. A lo largo de las décadas siguientes, Corea del Norte se consolidó como un régimen comunista bajo el liderazgo de Kim Il-sung (ahora Kim Jung-Un), mientras que Corea del Sur evolucionó hacia una democracia capitalista.

La Guerra de Corea finalizó con un “empate técnico”, al quedar la frontera entre ambos, trazada prácticamente en el mismo lugar que al inicio de este proceso de disgregación nacional, en el conocido “paralelo 38”. En este empate se firmó un armisticio, no un tratado de paz, por lo que en teoría los países siguen en guerra (esto explica el servicio militar obligatorio de Corea del Sur). Desde el fin de la guerra, las tensiones entre ambos países han persistido, con incidentes militares ocasionales y una retórica agresiva. Corea del Norte ha desarrollado un programa nuclear que ha sido fuente de preocupación internacional, mientras que Corea del Sur ha fortalecido sus lazos con Estados Unidos y otras democracias. A pesar de varios intentos de diálogo, como las cumbres intercoreanas, la reunificación sigue siendo un tema distante y complejo, y hasta la fecha se recuerda como uno de los conflictos armados más sangrientos de la historia de la península, ya que dejó un saldo aproximado de 2.5 millones de fallecidos.