“Pueblos Mágicos”, cuando la denominación anula la magia

Los Pueblos Mágicos reciben recursos económicos que se destinan, principalmente, a mejorar la imagen del lugar; sin embargo, el concepto de mejora proviene de estándares que tiene el gobierno federal respecto a lo que es atractivo al turista, provocando que la infraestructura de todos los pueblos se homogenice y se pierda su singularidad.
Pueblos Mágicos en México

El turismo es parte medular de la economía mexicana, para muchas regiones, la única fuente de ingresos; sin embargo, es un sector que debe ser manejado con el suficiente cuidado para evitar destruir aquello por lo que un lugar se torna turístico. Las buenas intenciones y las ganas de aumentar las ganancias no son suficientes para crear programas de promoción turística sustentable a largo plazo, es indispensable pensar con detenimiento en las características sociales, culturales y ambientales de cada espacio; de lo contrario, se puede caer en situaciones que agraven la desigualdad, destruyan el patrimonio natural e inciten a la homologación de la cultura.

 

Este es, precisamente, el caso de los Pueblos Mágicos, un programa implementado por el gobierno federal que inició en 2001, cuyo objetivo original era impulsar el turismo en regiones que habían logrado mantener su esencia cultural y riqueza natural. Sin embargo, con los años este proyecto insignia de la Secretaría de Turismo ha sido objeto de múltiples críticas. Sobre todo, en lo referente a la homogeneización de la cultura en los lugares que ostentan este distintivo y en el descuido al medio ambiente.

 

Los Pueblos Mágicos reciben recursos económicos que se destinan, principalmente, a mejorar la imagen del lugar; sin embargo, el concepto de mejora proviene de estándares que tiene el gobierno federal respecto a lo que es atractivo al turista, provocando que la infraestructura de todos los pueblos se homogenice y se pierda su singularidad. Es por ello que ir a San Miguel de Allende, a Bernal o a Tepoztlán se siente tan similar; en ese sentido, el programa está siendo una especie de disuasorio cultural, donde las mercancías y su oferta turística se limita a ser lo que el visitante espera encontrar.

 

Pueblos mágicos crítica

 

Decir que este programa es infructífero sería injusto, pues en efecto cumple su función de atraer más visitantes a una región, a veces más de los que pueden manejar, lo que deriva en un crecimiento desordenado y detona procesos de gentrificación, que a su vez acentúan la desigualdad. Pronto los pobladores originales son desplazados y se ven impedidos de comercializar en locales por las elevadas rentas, ni en vía pública por las normas que se imponen por parte de las autoridades.

 

Este mismo crecimiento termina por afectar los recursos naturales de la zona, los cuales no son una prioridad para el programa; pues incluso los Pueblos Mágicos que aún no experimentan un aumento poblacional no reciben los mismos apoyos para proteger sus espacios naturales, como lo hacen para restaurar su infraestructura. Esa ha sido una de las principales críticas que se le ha hecho por parte de ambientalistas y la comunidad científica. Conservar las regiones naturales e instruir a los visitantes para que también lo hagan es urgente, de lo contrario el pueblo se quedará sin su atractivo; sin mencionar los impactos que ese deterioro tendrá para todo el ecosistema.

 

Actualmente existen 177 Pueblos Mágicos en todo el país, 45 de ellos recibieron el nombramiento en junio del 2023; lamentablemente muchos se encuentran al interior de estados con altos niveles de inseguridad. Esto plantea interrogantes sobre la pertinencia de incitar a la población a visitar lugares en donde las autoridades no son capaces de garantizar su seguridad. Ejemplos sobran, y es una lástima porque estas olas de inseguridad no sólo impactan en el bienestar de sus habitantes, también en su principal fuente de trabajo. Uno de los casos más distintivos fue el de Mazamitla en Jalisco, donde las constantes balaceras y enfrentamientos entre grupos del crimen organizado obligaron a los prestadores de servicios turísticos a disuadir a sus posibles clientes de visitar el municipio e inclusive el gobierno local suspendió los festejos patrios en 2022 por este motivo.

 

Pueblos Mágicos con calles de piedra que debes conocer sí o sí

 

Definitivamente el turismo es un brazo importante de la economía y una forma de contribuir a mejorar los ingresos de muchas familias, sin sacrificar la diversidad biológica y cultural de cada región. Por lo que urgen políticas públicas sustentadas en mesas de diálogo con expertos en diversas áreas como antropología, biología, ciencias ambientales e historia, por mencionar algunas.

 

Además de tener en cuenta la voz de los pobladores originales, escuchar sus necesidades y entender su cultura; que es, a fin de cuentas, una de las razones por las que determinado lugar es atractivo. De igual manera, es necesario idear estrategias para garantizar la protección de los recursos y áreas naturales, sobre todo si son el objetivo de los visitantes.

 

Finalmente, las autoridades deben priorizar la seguridad de todos al interior de estas regiones, a locales y turistas. Si bien el tema de la seguridad es complejo; los apoyos que ofrece el gobierno no deben limitarse a pulir la imagen del pueblo, también deben implicar un aumento en la fuerza policial, bien preparada y con controles de confianza efectivos, y estrategias para disminuir los índices de violencia y delincuencia.

 

por Miriam Vega

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